miércoles, 26 de enero de 2011

LA EDUCACION Y LOS PAISES RICOS Y POBRES

LA EDUCACION Y LOS PAISES RICOS Y POBRES.

Existen países pobres y países ricos, pero la diferencia no es su antigüedad (como Egipto). Es el caso de Nueva Zelanda o Australia con poco más de 150 años (son ricos y desarrollados). La diferencia tampoco está en los recursos naturales que disponen (es el caso de Perú).
Japón es un país que tiene un territorio muy pequeño y montañoso que no sirve para la agricultura ni la ganadería, sin embargo es la segunda potencia económica mundial (importa materia prima de todo el mundo, la procesa dándole valor agregado, luego el producto es exportado a todo el orbe acumulando riqueza). También tenemos el caso de Suiza sin océanos y posee una de las mayores flotas náuticas de la tierra, no tiene cacao pero sí el mejor chocolate del mundo, tiene los productos lácteos de mejor calidad de toda Europa.
Tampoco es la inteligencia de las personas la que hace la diferencia, así lo demuestran estudiantes pobres que emigran a los países y consiguen resultados excelentes  en su educación. Al interactuar con ejecutivos de otros países se observa que no hay diferencia intelectual.
Tampoco se puede decir que la raza hace la diferencia. Los supuestamente ociosos latinos o africanos demuestran ser la fuerza productiva de países desarrollados. Nos preguntamos qué  hace la diferencia, y es la ACTITUD de las personas. La población de estos países cumple reglas como:
1.       La ética, como principio básico.
2.       El orden y la limpieza.
3.       Ser íntegros.
4.       La puntualidad.
5.       El ser responsable.
6.       El deseo de superación.
7.       El respetar las leyes y reglamentos.
8.       El respeto por el derecho de los demás.
9.       El amor al trabajo.
10.   El aportar con su Nación.
El cambio de actitud puede cambiar a un país hacia el progreso y el bienestar de todos los paisanos. Los valores y una alta educación conllevan a un proceso de cambio y nos conduce a lograr nuestras metas como personas, empresas y país, hacia una calidad de vida.
Hay una pregunta ¿En qué momento se jodió el Perú?, llevamos décadas tratando de responder dicha interrogante y siempre acabamos echando la culpa a los gobiernos (ejemplo: la reforma agraria de Juan Velasco Alvarado, el arquitecto Belaunde Terry no le dio importancia al terrorismo, el primer gobierno de Alan García y su hiperinflación e inoperancia económica, el autogolpe de Alberto Fujimori, los vladivideos y la corrupción), lamentablemente compartimos demasiados hábitos con los que nos gobiernan, culpamos y criticamos), la criollada está latente en todo peruano y celebramos como orgullo nacional (compramos factura para pagar menos impuestos, se gana los trabajos por una coima o un favor político, cruzamos la luz roja y nos colamos en la fila para ser atendidos primeros, robamos la señal de cable, electricidad y no nos consideramos ladrones, clamamos justicia pero pagamos al policía para que no nos ponga papeleta, o al juez para que abogue por nuestra causa.
La cultura es espantosa, muchos tiramos la basura en las calles, como si la ciudad perteneciera a otros y no a nosotros que habitamos en dichos recintos, no nos interesa nuestra historia, nuestra economía, literatura, o saber cuáles son nuestros derechos elementales.  Muchas veces sentimos que nos hace un favor cuando un empleado del estado nos atiende, se ha perdido nuestra identidad cultural. El nivel educativo es muy deprimente, no se invierte en escuelas y capacitación a profesores, pero si fuera el caso de recibir una buena educación, en casa procedemos diferentes, con violencia física y psicológica. En nuestro país predomina la ley del más fuerte, del más rico o poderoso, nunca se escucha al que piensa diferente a nosotros. Es fácil echarle la culpa a nuestros gobernantes por lo mal en la economía, en los deportes, en las artes o cocina, pero sino cambiamos estos hábitos seguirá la pregunta ¿En qué momento se jodió el Perú?    
Transformar el Perú en un país desarrollado está en nosotros los peruanos, en su capacidad, en la responsabilidad social. Está en nuestra manera de pensar, para ello es importante tener una buena formación, una educación de primer nivel y en ello está la labor del gobierno.
Formar ciudadanos con valores, principios y actitud positiva, debe ser nuestro lema, principalmente de quienes tienen la responsabilidad de fijar el norte de todo ser humano, estamos hablando de los maestros con vocación y no de profesionales frustrados, ni de empresarios que trafican con la educación y que muchas veces vemos como aliado al gobierno de turno, cómplice por la ineptitud de su política educativa: improvisada, ineficiente y a la criolla, pensado que han descubierto la pólvora al copiar modelos y no crear uno de acuerdo a nuestra realidad.
Estimados profesores tenemos una gran responsabilidad, asumamos con hidalguía nuestro rol en la sociedad que nos ha tocado vivir.
AL HOMBRE SE LE MIDE POR SUS VALORES Y SU EDUCACION MAS NO POR SU DINERO.
Econ. Andrés Pérez Pérez
Maestrista del 4to. Ciclo
Sábados en la mañana, aula 504
Profesor: Ricardo Guevara Fernández.
                                                                                                                                                                           

1 comentario:

  1. El tema me parece muy interesante porque habla del parálisis mental que muchas personas tienen y no hacen nada por curarse, salvo aquellos que si desean estar a la altura de personas con visión, autorrealizadas.

    Econ. Andrés Pérez Pérez

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